divagaciones

La bailarina observa cómo pasan las estaciones, con su piel de satén y corazón de cristal.  El aire fresco del invierno ha ido dejando paso al verano como un escenario vacío. Su pelo es largo y su cuerpo está cansado porque ella ha esperado durante mucho tiempo la hora del verano.  El día es claro, la vida salta por los aires. Aparecen las flores y mariposas brillantes y las noches cálidas de un cielo moteado. La orquesta toca, ella con sus ojos azules se pone a bailar, pero desgraciadamente ha perdido sus zapatillas de baile. La luz de la luna baila en el brillo de sus ojos, reflejando la luz mientras llora.

No debería importarte cómo hable, ni el color de mi piel, ni cómo rezo, en qué dios creo o dejo de creer, ni qué comida me apetece, o qué ropa me gustaría llevar. No deberías juzgar mi estilo, el pelo que llevo con o sin trenzas, rizado o no. No debería importarte si soy rico o pobre, o si soy joven o viejo.  Veo el mismo sol que tú ves y puedo sentir el mismo frío que puedes sentir tú. Deberías acercarte, sentarte a mi lado y te darías cuenta que podríamos mantener una conversación. Podrías hablarme de tu hogar, dónde naciste, creciste, de tus estudios, amigos, juegos, aficiones, viajes. Para un r efugiado, hogar y amigos son también esenciales. Las rosas pueden ser rojas, amarillas, rosadas o blancas, pero seguirán siendo rosas. El cabello puede ser rubio, castaño, negro o pelirrojo, pero seguirá siendo pelo. Entonces, ¿por qué no podemos ser rojos, marrones, negros, caucásicos o amarillos y poder trabajar, disfrutar o viajar, o sea vivir?. No olvides que en todos los países han exis

Al filo de la medianoche, el mundo se queda quieto y en silencio. La luna brilla más arriba intensamente proyectando sombras en la noche oscura.  Las estrellas brillan y bailan, en un cielo lleno de luces. Una suave brisa susurra secretos sobre sueños y amores perdidos. La oscuridad lo envuelve todo, las ciudades duermen en paz.  La medianoche es un momento de reflexión, un momento para que los pensamientos se liberen. En la quietud de la noche, encuentro consuelo y sosiego.  La medianoche es un momento sagrado, un tiempo para meditar. El reloj marca las doce y el mundo está más tranquilo y sereno. Bienvenida la medianoche.

La amistad puede ser mejor que el amor, puede durar toda una vida. Amor y amistad serían 'quasi' la perfección. Podremos perder a un ser querido, pero la amistad permanecerá siempre a nuestro lado. La amistad significa ser aceptado no preguntará de dónde eres. La amistad siempre estará cerca no importa lo lejos que estés. La amistad nos hará sentir mejores personas. La amistad es aceptar lo bueno y lo malo de la vida. La amistad siempre estará presente, cerca de nosotros. La amistad siempre escuchará nuestra voz y nuestro corazón. La amistad nunca te defraudará  La amistad estará a nuestro lado La amistad nunca te olvidará  La amistad no te abandonará. 

Por encima de las frágiles ramas del cielo de agosto danzan los colores lila y violeta mientras el sol se va ocultando en un extremo lejano de la Tierra. Escribo en momentos de frenesí apresurado y algunos fragmentos de fragilidad que se han posado sobre mi cuerpo, mientras el cielo de agosto continúa apagándose. Puede uno sentirse más joven en presencia del ser amado? Muchos agostos han pasado, muros derribados y la locura bélica sigue desatada como si los seres humanos se hubieran alienado. Otra puesta de sol en el mes de agosto que intenta hacer olvidar las debilidades del ser humano. Una fresca noche de agosto para bailar alrededor de un fuego, con la esperanza de que mi corazón se llene de optimismo y pueda ser uno más de la llama del fuego. Entretanto, el mes de agosto se va apagando.

Los árboles se alzan altos en el bosque del amor. Sus raíces entrelazadas ocupan buena parte del subsuelo. Sus hojas no susurran, hablan de amor. Sus ramas suben hacia el cielo y la luz del sol se filtra a través de su danza y en las sombras encuentran su romance.  Las estaciones cambian, llegan tormentas, viento, lluvia y sol, pero siempre hay como un silencio apaciguador. Juntos siempre. Podrán caer sus hojas, pero no su gracia, su naturaleza. En el bosque del amor, encuentran su lugar. La malas acciones del ser humano acelerarán el cambio climático.  Absorben el CO2 que nos quita la vida, pero nos siguen protegiendo y nos dan sus frutos y su sombra. Pueden pasar muchos años, pero seguirán creciendo y seguirá fluyendo el amor durante muchos años. Forman parte de la naturaleza, junto al agua, los minerales y los seres vivos. Forman y formamos parte de nuestra esencia y entorno. Vida.

Camino de la cima pude escuchar como fluían las aguas de un río salvaje. Sentí paz y calma observando a lo lejos el pico de la montaña. Un escapar de la vida llena de inquietudes. Sosiego, placidez, quietud.  Situaciones y lugares ya conocidos que me hacían sentir como en casa. Me dejé llevar por el ritmo de su corriente, mientras subía hacia el pico de la montaña. Río, desconoces tu propio poder, cultivando, dando vida. Tus aguas pueden limpiar la suciedad, curar viejas heridas. Decido sentarme en la orilla para tocarte, noto cómo te deslizas entre mis dedos, me quito las botas y meto los pies, camino con cuidado sobre las rocas de un lado a otro, bajas con fuerza. A punto de resbalar, me gustaría caer y ser arrastrado dando vueltas dentro de ti hasta llegar al mar. Imagino que eres peligrosamente profundo, he sentido tus lugares más oscuros. Caminaré a tu lado, escucharé tu hermoso fluir hasta el lugar de tu nacimiento.

Fue escuchar la emisora de RNE1 y recordar tu ausencia Laura, hija mía. Algo habitual, no pasa un día que no piense en tí. Hoy, 10/08/2024, Manolo H. H. entrevistó a Laura Rodríguez, psicoterapeuta y enfermera de la UCI y Oncología. Nombre y apellidos coincidentes con los tuyos, que me hicieron dar un respingo. Su especialidad, comentarios y lo duro de su trabajo, loables como el tuyo. Pero lo que tocó mi alma aristotélica fue cuando dijo el presentador que ella cantaba en sus ratos libres acompañada por su marido con la guitarra y que, por favor, cantara algo. Estupefacto me quedé al escuchar su voz, limpia, vibrante, sus cambios de tono. La canción de Serrat, título de mi relato de hoy, fue la elegida y me recordaba bastante tu voz. Qué voz más bonita, casi una profesional. Para remate, cantó también "I will always love you', de la película 'The Bodyguard', de Whitney Houston. Me hizo derramar alguna lágrima mientras realizabs mi marcha atlética. No sé si es tu ausen

Las mariposas son blancas y azules, de muchos colores. Tu color es el verde, mi niña. Déjame tomar tu mano. Todas las cosas que alguna vez conocimos serán cenizas del mañana. Mi mariposa querida, qué bien te cuelgas de una flor, ayudada por un viento peculiar. Déjame tomar tu mano. Déjame quererte hasta que el amanecer esté en el cielo. Mi cariño, mi amor es verdadero, eres mi guía oculta. Así será hasta el día que me lleves contigo a otear el horizonte, transportar todos mis sueños y dejarme reposar. Entonces sabrás que todo era cierto y volarás libremente con el recuerdo de días pasados. Esa larva que llevaste en tu vientre, aprenderá con tus vuelos y tu sabiduría. Qué bella puede ser la vida.

Este vate aficionado a la narrativa, prosa y verso, a la lectura en general, quiere agradecer a la concurrencia, amistades y familiares, el seguimiento de mis relatos o poemas. Dejo descansar la pluma digital, líneas vacías de contenido, las letras en reposo, mientras me alejo del mundanal ruido. Los magníficos The Moody Blues componían unas hermosas melodías, la más conocida: "Nights in white satin Never reaching the end Letters I've written Never meaning to send..." Sin embargo, esas noches y días de blanco satén, brillante, suave y sedoso, 'sí' he querido enviar y agradecer a todas las personas, la lectura de mis relatos o poemas.  Hasta pronto.

Desguace de recuerdos. Impaciente estoy esperando que tu manantial me llene de agua. Suspiro interiormente luchando por mantenerme brillante, radiante ante tu indiferencia, un brillo amargo.  Deseando tejer, entonar una canción para llegar a tí. Me desvanezco ante la espera queriendo que notes mi dolor. Me abrazo fuertemente, hundiéndome por dentro.  No me arrepiento de tu brillantez. Es lógico, en cierta manera, que tú no siempre me necesites. Soy como un alhelí mezclándose, rellenando todas las líneas de mi diario con tus pensamientos errantes. Lágrimas agobiantes y en desorden riegan mi cielo. Un sonrojo ingrato está deseando tu castigo y retienes ese placer hasta ya no poder soportarlo. Llueven horas de dolor sobre mí por negarme a que entres dentro de mi honestidad.

Durante la puesta del sol, el mar acuna el horizonte y lo arrulla plácidamente con olas de plata. Sus aguas aterciopeladas besan las costas como gemas azules que se depositan sobre la arena dorada, mientras el brillo del sol rodea las nubes que sonríen en el horizonte. El mar azul y las nubes de algodón calman los latidos de mi corazón a ritmo lento. Me acompañan por donde los sueños emergen de las olas de plata.