MUSEO IMPRESIONISTA

Cuando comienza agosto, me encuentro añorando el aroma de la calabaza, una manta ligera sobre mis piernas y el aroma de la hierba helada. Mi cuerpo me dice que estoy pensando en el otoño. El verano siempre ha sido mi estación menos favorita y me digo a mí mismo "supéralo”, sólo son tres meses. 

Una parte muy sensible de mí busca un tiempo de transición, una estación de cambio. Es la época de las palabras hermosas, de acurrucarse para leer un libro, un poema, una novela. Para celebrar la lenta y hermosa llegada del otoño, suelo leer algunos de mis  poemas de otoño favoritos de los mejores poetas del mundo. 

Leo con un tono de voz normal y relajado, no es necesario el dramatismo. Alguna pausa donde haya puntuación, en lugar de hacer una pausa en un salto de línea. Leo con convicción recalcando palabras con las que no esté muy familiarizado. A veces lo releo sin pausas. Dejo que el otoño me invada.

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