divagaciones

La suela y la ranilla de sus fuertes cascos hacen temblar la tierra por donde cabalgan.  Con sus melenas al viento, un semental valiente y orgulloso lidera su banda.  Con gracia y belleza galopan, corren, disfrutando de su libertad. Se detienen y pastan en llanuras cubiertas de verde y suculenta hierba.  Ningún ser humano puede gobernar por donde ellos deambulan. Los pastos al aire libre, son su único hogar. Sin cercas, ni encerrados entre cuatro paredes. Orgullosos caballos salvajes con espíritu fuerte y sin nadie que los domine. Galopan por tierras salvajes y llegan a orillas del mar.  Por siempre libres y salvajes.

Subida a Picos de Europa desde Fuente Dé, por la Senda del Hachero, hasta la estación superior del teleférico para seguir gozando camino de los Horcados Rojos. Al fondo se divisa el espectacular Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu, lado norte, maravillosos recuerdos. Un poco de nieve, el sol bañando los pastos. El sueño se apodera de mí, algo cansado y desgastado. Sueños, sombras. Parada cerca de un refugio. Sed de lluvia reciclada, una fuente de agua. Me despierto, voces de amigos sobre un terreno escarpado. El café humea, impregna un aire de familiaridad. Respiro aire renovado, aroma a cantueso.  El sol parpadea en naranja mientras alcanza la cima del Pico Tesorero. Regreso tardío pasados muchos kilómetros. Estación del teleférico para bajar a Fuente Dé. Mi cuerpo sigue regocijándose, placer renovado. Hasta pronto mis adorados Picos de Europa. 

Cuando los grandes árboles caen, las rocas de las colinas lejanas se estremecen, las cosas pequeñas retroceden en silencio, el aire que nos rodea se vuelve ligero, raro, estéril. Respiramos, brevemente. Nuestra memoria, repentinamente agudizada, recuerda caminatas, paseos agradables. Siempre me han maravillado los troncos viejos, esos esqueletos de bellos cuerpos ya inertes. Un árbol es un poema, un regalo, una ofrenda de la tierra. Cuando me encuentro con un retoño recién salido de la semilla, veo un pequeño espécimen buscando el sol y el aire, o un gigante dentro de unos cientos de años. Permiten que los pájaros construyan nidos en sus ramas por donde la luz se filtra a través de hojas apretadas. Sin los vastos bosques que exhalan oxígeno no habría un planeta hermoso. Un árbol es la vida.

Me insultaba, agobiaba, humillaba, me repetía una y mil veces ¿sabes, querida? Mayo del '68 tuvo una cosa buena, la manifestación estudiantil francesa y otra mala, tú, naciste ese mes y año. Me recordaba a Galván de Montemayor, protagonista de la película "Él" de Buñuel, neurótico, paranoico, autoritario. Se preocupaba por las injusticias sociales, apoyaba los derechos sociales, el movimiento obrero y estudiantil en París, pero a mí me trataba como a un trapo viejo. Le encantaba todo lo francés, París 'mon amour', Montand, los Campos Elíseos, La Vie en Rose, rosa pálida, pero terminó con lágrimas negras. Ya  no tenía ilusión por nada, lo veía todo borroso, un sinvivir. Sangre a borbotones, era mi cara. No, era Él. Otra lágrima, no lo veo claro, un golpe horroroso, seco..... caería al vacío....¡sí.... eso fue!, me quise agarrar a Él, ... caída  .... Vértigo, Madeleine, ella no, soy yo. Él.... ¡Siempre nos quedará París!. C'est fini!.

Esta semilla, esta ola del mar, esta mirada, este instante de amor, en este momento. Años de guerras y pocos de paz. Un viaje de expiación hacia la paz que son como muchos deseos ardiendo juntos. Vida pura, feroz, hogar de muchos vivos. Amor que nos damos a nosotros mismos en el mundo conocido por todos. Nuevas técnicas para la curación de la herida y un mundo desconocido. Una vida tranquila, o las estrellas fugaces.

Las olas chocan contra las costas acariciando cada grano de arena. Un cálido abrazo entre mar y tierra. una gaviota vuela alto luchando contra una nube oscura. El viento sopla con fuerza, grácil y orgulloso. La arena suave y cálida ha capeado la tormenta. Una batalla apasionada entre la calma y la rabia. Un nuevo capítulo, no pases la última página. Escucho de nuevo las susurrantes olas, música de la naturaleza que me tranquiliza. Su poder es desconocido, quietud indómita, misteriosa y mágica. Respeto absoluto. Un silencio cómplice.