REYES MAGOS 2024

 Queridos Reyes Magos:


Todos los años os sigo recordando, sigue y seguirá siendo la noche más feliz de mi vida. Siempre os he dedicado unos minutos el día 5 de enero por la noche antes de dormir y se me siguen humedecido los ojos, a pesar de mi edad provecta. Nunca más había escrito una carta desde que me enteré que ya no vendriais  por la noche, pero en esta ocasión  y aunque sea tarde, he decidido que os la debía.


La colocación de los zapatos, el agua para los camellos, el turrón para vosotros. No obstante, debo confesar algo y espero que no os moleste, Baltasar siempre fue mi favorito, aunque os quiero a los tres por igual. 


Madrugar el dia siguiente. Estaba acostumbrado a madrugar, bien fuera para estudiar o ir al colegio. Con los ojos enrojecidos y con esa ilusión que nunca podré olvidar. A pesar de no ser familia pudiente, digamos clase media, siempre tenía regalos y casi siempre había algún libro, juegos, rompecabezas, un Pinocchio. Ya crecidito, el primer triciclo y recuerdo un Citroën "Pato" con un cable para manejarlo, nada de mando a distancia, se abrían las puertas, el capó. Nunca tuve carbón, quizás fuera bueno. Luego los regalos de mis padrinos.


Cuando tenía 7 años y con la ilusión de aquellos años, mi ilusión empezó a decaer a hacerse añicos. Me desperté porque escuchaba ruidos y con los ojos abiertos de par en par vi como mis padres estaban envolviendo los regalos. Me vieron, me asusté y me fui a la cama desorientado y desconcertado, algo triste.


Pero hay un regalo, aunque algo más tarde del día 6 que fue el 12 de enero de 1.982, que supera todos los demás regalos y que llevaré conmigo para siempre. Fue cuando nació Laura, mi querida y adorada hija y que le puse el apodo de Nenona porque vino a este mundo con buenos kilos. Y por si fuera poco ese regalo, Laura decidió darme otro regalo, su hija Olivia, esa morenita tan mona e inteligente. Vaya dos regalos, como para olvidarlos y no agradecer.


Por varias razones y respetando las creencias de todo el mundo, vosotros mis queridos Reyes Magos seréis para mí un bonito recuerdo, ilusión, una noche maravillosa. Respeto a Papá Noel, o Santa Claus, o San Nicolás, pero no hay color y espero no siga perdiendo fuerza vuestra presencia en este mundo en el que queremos importar las celebraciones de otros lugares, con el único fin de consumir. A pesar de que al día siguiente empezaba el colegio, los regalos ahí estaban y además cuando caía en viernes o fin de semana, más días  para disfrutar y mayor alegría aún.


Gracias por todos aquellos años de ilusión y de cariño, especialmente por esos dos regalos tan maravillosos: nuestra hija Laura y nuestra nieta Olivia. Los llevo conmigo todo el tiempo y espero que sea así hasta que me lleven a vuestro lado, cerca de Baltasar.


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