LAS ESTACIONES DE LA VIDA

Un padre tenía dos hijos y dos hijas y quería que aprendieran a no prejuzgar demasiado rápido y los envió a ver un árbol con frutos. El primero fue en Invierno y dijo que era feo y retorcido. La segunda hija fue en Primavera y dijo que estaba cubierto de brotes verdes y lleno de promesas. El tercero fue en Verano y dijo que estaba cargado de flores que olían dulcemente y se veían hermosas. Y la menor en Otoño afirmando que estaba maduro, rebosante de frutos y lleno de vida. El padre los reunió a todos y les dijo que todos tenían razón porque cada uno sólo había visto una estación en la vida del árbol y que no se puede juzgar a un árbol o una persona por una sola estación. La esencia, el placer, la alegría y el amor que emanan sólo se puede medir cuando todas las estaciones ya han terminado. Si te rindes en invierno, perderás la promesa en primavera, la belleza del verano y la plenitud del otoño. No juzgues la vida por una sola estación, ni que el dolor de una estación destruya la alegría de las demás.

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