LA BELLEZA DE UNA SONRISA
Estaba leyendo un libro sentado en el parque. La voz de una niña me distrajo, tenía unos ojos muy vivos, sonreía y parecía alegre. Me hizo sonreír también, parecía entender mi lenguaje de complicidad, no tendría más de cuatro años. De la mano de su progenitor seguía sonriendo, hice señas con la mano. La niña no respondía a mi mirada cómplice. Tenía la mirada perdida, pero seguía siendo una mirada adorable. Era ciega. Pensé que la belleza que me rodeaba no estaría a su alcance. Miró hacia atrás, esbozó una sonrisa también, sonreí y saludé con la mano. Qué bella es la sonrisa.
Comentarios
Publicar un comentario