divagaciones

El viejo vate vio realizado su sueño placentero,  onírico, rodeado de ninfas alegres y cantarinas que lo llevaron cariñosamente a las profundidades y pudo disfrutar del fondo marino. Lo llevaron a  un islote rocoso donde pudo  ver una esbelta sirena con su cola de pez azulada, amplia sonrisa, pelo de un tono dorado, brillante, ondulado y mirada cautivadora. El vate se sentía satisfecho.

Uno frente al otro como ausentes sin tocarse algo más cerca sin llegar a tocarnos. Un beso, dos besos otro beso cariñoso ¿por qué te alejas? uno frente a otro te siento muy cerca. Puedo oler tu aroma igual a la naturaleza esa que nos rodea no me mires fijamente se perderá el encanto. Puedo verte, imaginarte como en un sueño me he despertado era un sueño real regresabas a mi lado. Todo ha sido un sueño ¡qué sueño más maravilloso! ha valido la pena parecía tan real soñar, soñar, soñar.

Un deseo insaciable un poema en tu piel mi pincel en tu cuerpo sentirá mi suave toque trazos sensuales. Labios de canela me encanta tu tono suave y sedoso en busca de palabras serás mi guía. Vigilo mi caligrafía comienzo a alucinar otro flujo sensual encontré mi ritmo mis palabras se empapan. Mis emociones invaden tu espacio interior desde tus pies hasta tus ojos Haikus en tus muslos. Poesía en tu cuerpo cada centímetro te estremeces húmedas palabras tinta de tatuaje.

Verano incierto. Agosto, pan y cebolla. Repasar asignaturas del bachillerato.  Mirada atenta del todopoderoso padre.  Macizo de Peña Corada, montaña leonesa.  Naturaleza, la brisa pasa suavemente. Veranos que se fueron. Ya no volverán.

La nieve aún cubre con su manto blanco la primavera. Las flores lanzan tímidamente al aire sus primeros aromas. El frío todavía hace temblar sus hojas. Nubes de algodón intentando asustar a la naciente primavera con sus gotas de lluvia tardía, o su atronador granizo. La flora y la fauna esperan a que el anciano invierno y su látigo se despidan y emigren hacia otros lugares.

No imaginé que fuera a pasar No debí caer en tus brazos esa noche No imaginé mis labios buscando los tuyos Suponía que no debía acariciar mi almohada  Imaginando tus manos rozando mi cabello No se suponía que debía hablar en voz baja Hipnotizarme con ese algo de tus ojos No debía despertar frío en la mañana gris Con ataques de pasión lenta y lánguida. Era extraño ver nuestros cuerpos juntos Nuestros cuerpos moverse al unísono Ahora toco baladas suaves llenas de dolor Puedo tumbarme con una manta en el suelo Una taza de té, pensando en silencio en ti Sombras que bailan libres, ausentes Demasiado etéreo, demasiado hermoso Para ser recordado, para no olvidar Nosotros vivimos tales maravillas. Ojalá pudiera tener opción para olvidar O descender a la locura Creo que voy a elegir la locura Y no se suponía que fuera así No debí caer hipnotizado, enamorado Lo siento mucho Serpiente del estío Mi adorada pasajera, compañera Mi amor de verano. 

Ella sonríe, yo lloro Ella es extrovertida, yo tímido Ella ama, estoy solo Ella es increíble, yo un desconocido Ella es hermosa, yo poco agraciado  Ella es feliz, yo deprimido Mi máscara es perfecta, me oculta.

Estaba leyendo un libro sentado en el parque. La voz de una niña me distrajo, tenía unos ojos muy vivos, sonreía y parecía alegre. Me hizo sonreír también, parecía entender mi lenguaje de complicidad, no tendría más de cuatro años. De la mano de su progenitor seguía sonriendo, hice señas con la mano. La niña no respondía a mi mirada cómplice. Tenía la mirada perdida, pero seguía siendo una mirada adorable. Era ciega. Pensé que la belleza que me rodeaba no estaría a su alcance. Miró hacia atrás, esbozó una sonrisa también, sonreí y saludé con la mano. Qué bella es la sonrisa.

Escarbo, remuevo la húmeda y negra tierra. Procedo a exhumar los recuerdos de los últimos años. En mis negras uñas se incrustan algunos de esos recuerdos. Voy eliminando los malos recuerdos. Me quedo con la verdadera amistad. Procedo a inhumar los restos.  Aquí descansa el oscuro pasado. Mi vida sigue su camino. 

Esta noche cuando se oculte la luna, haré lo propio y me ocultaré también detrás de la estulticia, dejaré pasar el silencio como si fuera una sombra oculta. Cuando no quede nada de mí y por arte de magia, apareceré a la diestra de la luna aunque oculto y lejos de las miradas de la soberbia, egoísmo e insolidaridad de mis iguales

Sonido de cascabel Manos dolientes Oigo voces lejanas Dicen que no decaiga Con mis dudas Un collar de perlas Una palabra tuya basta.

Fue al llegar la primavera En aquel mismo lugar Fueron palabras inconexas  Que flotaban en el aire Ecos de disculpas Caminando entre ramas Unos besos perdidos Entre árboles caducos Tiernos y sensuales abrazos Promesas a la orilla del río Manos entrelazadas Unidas por hilos de seda Fue un sueño eterno Que no se hizo realidad.

Vivo inclinado hacia ti Buceo en tus pensamiento Amo tus momentos Sonrisas, palabras  ¿Por qué ese voraz deseo?  Un abismo nos separa  Y al mismo tiempo nos une  Impulsos repentinos Pasión desmedida Vivo feliz el momento del encuentro Ardo en deseos de ponerme frente a ti Y ese abismo aparece de nuevo Me inclino hacia ti No puedo apartarme de tu lado Pasión desmedida.

El sol atraviesa la ventana de mi habitación, sombras que bailan en la pared. Anhelo tus abrazos, tu tacto y tu voz gritando mi nombre. Brazos suaves y firmes me mantienen cerca de tu corazón. Las cortinas de la ventana se mueven suavemente, bailan al ritmo de mis latidos. De nuevo vuelven las sombras. Mi corazón palpita intensamente . Puedo escuchar los sonidos que tengo guardados en mi memoria mucho antes de que tú y yo nos perdiéramos para siempre en lo más profundo de nuestros cuerpos.

El sonido de mi aliento o la estela que deja tu desdén o el ave que me trae el amor perdido, algo que languidece poco a poco, una sábana suave delicada con aroma a tiempo pasado. Una noche que fue eterna y el grito de las sombras como si unas escuetas palabras rozaran mis labios. Agua pura, aire sano, con los puños cerrados como petrificado esperando esa estela. Deseo, pasión, placer prohibido.

Abrir un libro música de fondo o simplemente silencio la primera página empezar a oler, sentir sentir, ver, imaginar el paso del tiempo el relato, su estructura nuevamente sentir pasa el tiempo ... inexorablemente, pasa el tiempo.

Fue aquel ramillete de amapolas recogidas en el campo, o fue quizás la intensidad del momento, pero no lo he podido olvidar. Recuerdo unas florecillas que puse en una lata algo oxidada y que te entregué en aquel prado. lágrimas resbalaron por tus mejillas, no supe reaccionar. Una brisa me despertó, como si el tiempo hubiese borrado toda huella del pasado. Ha pasado mucho tiempo y aquel maldito incidente fue la causa y la razón de mi ensimismamiento, como una premonición.

Sonido de cascabel Manos dolientes Oigo voces lejanas Dicen que no decaiga Con mis dudas Un collar de perlas Una palabra tuya basta.

Fue llegar la primavera En aquel mismo lugar Fueron palabras inconexas  Que flotaban en el aire Ecos de disculpas Caminando entre ramas Unos besos perdidos Entre árboles caducos Tiernos y sensuales abrazos Promesas a la orilla del río Manos entrelazadas Unidas por hilos de seda Fue un sueño eterno Que no se hizo realidad.

Dardo de amor certero Las pupilas de tus bellos ojos Mirar tu rostro placentero Quiero romper las cadenas Prisionero ya soy Libre para seguir tu camino Bendita calma, tranquilo Viviré con mis cadenas Hasta poder limar Los barrotes del destino.

Me gusta el olor de la ternura El sabor de la amistad La mirada de la inocencia El ruido del pentagrama Y un toque de solidaridad.

Cae la noche, desgrano las hojas de un libro, las paso con deleite. Entre líneas puedo adivinar los personajes, su situación, la trama. Sigue cayendo la noche, puedo adivinar lo que está por acontecer, su posible desenlace. Cae un libro entre mis manos no hay descanso, sino un goce supremo. Sueño eterno.