divagaciones

Estoy en el invierno de mi vida. Calma, sosiego y esa tranquilidad que la experiencia nos da. Otoño de la vida que pasó, primavera para qué hablar. Qué daría porque este invierno fuera eterno, pasar sin ansias ni vértigo, huyendo de un pasado. Viajar, viajar, como un ave rozar las cumbres, como si fuera una vela a merced del viento. Reclinar mi cabeza en tu regazo, sentir como ese sueño va cerrando mis párpados ya cansados. Soñar, soñar, beso perfumado. No despertar, eternamente quedarme allí. Reposar. Soñar. Imaginar. Soñar.

Me gusta el olor de la ternura El sabor de la amistad La mirada de la inocencia El ruido del pentagrama Y un toque de solidaridad.

Quizás fui ladrón de tus momentos a lo mejor títere de tu vida puede que acompañante fiel o quizás fui un fiel amigo. Gota a gota y día a día pudimos construir algo aún quedan los rescoldos en algún rincón de la memoria.

Ambiente rural, campo, pueblo Buscar cobijo, árbol, tierra, agua Bebida para refrescarse y pan horneado Descanso obligado, vuelta a los orígenes. Ida y vuelta.

Duro es el camino, el camino elegido Riesgo a perder el tiempo y los amigos Debería escuchar, confiar en mi instinto Y dejar de adivinar el pensamiento De nuevo equivocado, de nuevo traicionado El círculo vicioso continúa otra vez. ¡Qué difícil es volver a retomar el camino!