MELANCOLÍA
Fue aquel ramillete de amapolas recogido en el campo, quizás la intensidad del momento. No he podido olvidarlo. Unas florecillas que puse en una lata oxidada que te entregué en aquel prado. Dos lágrimas que resbalaron por tus mejillas. No supe reaccionar. La brisa me despertó de mi ensimismamiento, estabas tumbada y mirabas fijamente el cielo azul. Acariciaste mi mano. Aquel maldito accidente fue la causa de mi abstracción, como una premonición. Aún sigo acariciando tu mano.